Dependiendo de la cantidad y su participación en las funciones y tejidos de la planta, los nutrientes se clasifican en dos grandes clases: MACRONUTRIENTES y MICRONUTRIENTES.
Los MACRONUTRIENTES son aquellos que se necesitan en grandes cantidades comparadas con los micronutrientes y tienen que ser aplicados en grandes cantidades si el suelo es deficiente en alguno de ellos. En este grupo se incluyen los nutrientes primarios que son nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K), magnesio (Mg), azufre (S) y calcio (Ca) los que son consumidos en cantidades relativamente grandes y su concentración se expresa en valores de porcentaje.
Por su parte, del total de elementos, el carbón y el oxígeno se obtienen del gas CO2 y el hidrógeno se obtiene del agua. Estos tres elementos también son requeridos en grandes cantidades para la producción de celulosa o almidón.
Los MICRONUTRIENTES, u oligoelementos, son nutrientes esenciales necesarios para el crecimiento óptimo de las plantas, pero son requeridos en menores cantidades que los MACRO. Generalmente tienen que ser agregados en proporciones muy pequeñas cuando no pueden ser provistos por el suelo ya que resultan muy importantes para el metabolismo vegetal.
Los micronutrientes son hierro (Fe), manganeso (Mn), zinc (Zn), cobre (Cu), molibdeno (Mo), cloro (Cl) y boro (B) y níquel (Ni). Estos elementos son parte clave en el crecimiento de la planta. Se los podría comparar a las vitaminas en la nutrición humana. Se expresan normalmente en ppm (partes por millón). El sodio (Na), silicio (Si) y cobalto (Co) son nutrientes benéficos que son favorables para algunas plantas, pero no son considerados nutrientes esenciales.
En la próxima y última parte se hablará de la función de los nutrientes en el funcionamiento de las plantas.